Aprovechando los recursos propios del centro, en un principio se instaló el incipiente huerto en la azotea al aire libre, sin ningún tipo de protección, donde los elementos climáticos hacen mucha incidencia, siendo especialmente acusada la oscilación térmica, con temperaturas muy bajas por la noche, llegando a los cero grados, así como en el mismo día llegar a los veinte grados. Ante esta enorme diferencia de temperatura, las plantas en su estado inicial, sufren mucho llegando a quemarse.
Además de las bajas temperaturas, las fuertes y constantes heladas hacen que las plantas se quemen con facilidad, con la evidente consecuencia de la muerte de las mismas.
El escaso nivel de precipitaciones propio de la zona, así como de la propia estación del año, hace que sea necesario un aporte artificial de agua, en este caso un riego muy moderado en forma de lo que se denomina riego por goteo.
Para ello utilizaremos los recursos más a mano que tenemos, y siendo un huerto ecológico, utilizamos elementos reciclables como son pequeñas botellas de agua de cincuenta centilitros para el riego y mediante un sistema muy rudimentario basado en la presión, provocamos un riego controlado, solo con un pequeño orificio en la base de la botella y controlando la apertura del tampón de rosca, de modo que facilite una muy pequeña entrada de aire que se compensa con la salida del agua por el anterior orificio abierto en la base, con la frecuencia que queramos, controlando así la descarga de agua cerca de la raíz de la planta, así como el aporte que necesite para que no se quede la tierra sin la humedad necesaria que necesita el sustrato para hacer efectivo la succión de los nutrientes necesario que necesita la planta para su normal y óptimo desarrollo, así como evitar el encharcamiento de la misma y el ahogo de la planta , así como también evitar, por exceso de humedad la proliferación de enfermedades fúngicas, es decir enfermedades provocadas por hongos, propio también de las plantas.
Este sistema de riego a su vez, permite que en la propia agua se incorpore el abono de forma líquida si hiciera falta, así como también un posible tratamiento contra cualquier tipo de enfermedad.
Para este primer estadio de las plantas, es mejor reservarlas en un espacio donde queden protegidas de los elementos climáticos, y para ello una vez más utilizamos de los recursos propios del centro, en este caso un espacio que da acceso al ascensor y que al ser relativamente amplio, se presta para ello.
Este espacio queda rodeado por un amplio ventanal, que se puede abrir, de cristales que tiene la disposición y las condiciones perfectas para servir de invernadero natural.
Aprovechando este recurso artificial, podemos crear un microclima para un óptimo desarrollo de lo que queramos cultivar, así como evitar en la medida de lo posible el efecto negativo que tiene para las plantas la posible proliferación de plagas que también afecta de modo sustancial el rendimiento y la producción de calidad de las propios cultivos.
Debido al aislamiento artificial de las plantas hace que tampoco aparezcan los polinizadores, que son insectos totalmente necesarios para que la flor sea polinizada correctamente con la consecución posterior de los frutos.
Para ello utilizaremos también las botellas de agua pero de otra forma, esta vez nos servirá como reclamo de insectos y para ello utilizaremos en el agua un atrayente de insectos hecho a base de agua y azúcar o algún producto natural como puede ser un caramelo.
Este sistema se suele utilizar como atrapa insectos para combatir las plagas de forma ecológica, sin embargo en este caso lo utilizaremos como reclamo para atraer polinizadores y así utilizar positivamente esta estrategia de lucha biológica a favor de las plantas.
Concepción Parrales Morillo (Coordinadora Huerto Escolar) y Manuel Castillo Lopéz (Prácticas MAES)